CONVERSACIONES CON ALFREDO

EL AMOR   El verdadero amor con otro ser humano es muy frágil. Para mí el amor verdadero es el amor inter-especies. Por ejemplo Dios, por el hecho de no verlo, de no saber si está realmente allí, con todo lo que dicen de Dios, es como si fuera de otra especie. Por eso lo …

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PENSAMIENTOS SPAM

Según Wikipedia: «Los términos correo spam y mensaje spam hacen referencia a los mensajes no solicitados, no deseados o con remitente no conocido (correo anónimo), habitualmente de tipo publicitario, generalmente son enviados en grandes cantidades (incluso masivas) que perjudican de alguna o varias maneras al receptor». Si cambiamos las palabras «correo» y «mensaje» por «pensamiento» …

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ME AMPUTARON EL NOMBRE ANTES DE NACER

  Imagina por un momento que no tienes nombre. Busca un lugar tranquilo, ponte cómodo, haz el ejercicio ese de la respiración que tú conoces y cuando estés listo imagínate en situaciones de contacto o sociales, pero sin ningún nombre. Tómate tu tiempo y deja volar tu fantasía. Imagina por ejemplo que se refieren a …

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IMAGINA QUE ERES UN SMARTPHONE

Tengo un smartphone o teléfono inteligente que en realidad no es un teléfono, es un ordenador o computadora muy sofisticada con un sin número de aplicaciones. Es una herramienta con la potencialidad de ser multi-funcional y una de ellas es la telefonía. Y esto de tener “la potencialidad de ser multi-funcional” también se aplica a …

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¿QUIÉN ERES?

Hazte esta pregunta: ¿quién soy? Y respóndete comenzando con la palabra «soy». ¿Qué dijiste después del soy? ¿Tu nombre?, fulana de tal ¿Tu profesión? Licenciada tal ¿un rol? Esposa de tal o madre de tal, tal y tal. ¿Quién eres en realidad? ¿Cuál es la respuesta a tan elusiva pregunta? ¿Eres tu cuerpo o tus …

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Entrevista a ALFREDO TUGUES PLAZA

Alfredo nació en 1960. Estudió Música, Física e Ingeniería de Sistemas y también es Investigador, Docente y Artista (Compositor y Guitarrista Clásico). Se formó como Psicoterapeuta Gestalt, en Análisis Transaccional y PNL. Se especializó en Psicoterapia Individual, de Parejas, Familia, Grupos, Terapia Psico-corporal, Adicciones y Homeopatía. Es Supervisor y Docente.

VR: ¿Desde cuándo te dedicas a la psicoterapia?

ATP: No me acuerdo, desde 1995 creo. Aunque en realidad es desde muy joven porque siempre he estado muy pendiente de la dinámica del ser humano, de porqué soy como soy y porqué las personas son como son. A los 11 años me llevaron al Instituto de Salud Mental y un señor me hizo un test con una manchas que después aprendí que era el Test de Rorschach y él me iba diciendo cómo era yo por la simetría de las manchas y a mí me impresionó cómo alguien podía saber tanto de mí por lo que yo le decía de lo que veía en unas manchas de tinta. Y en ese momento  decidí que quería hacer eso que hacía ese señor. Después, como a los 16 años en un cumpleaños, varios familiares me preguntaron qué quería de regalo y yo les pedí libros de psicología y recuerdo que una prima me regaló «El Proceso de Convertirse en Persona» de Carl Rogers y a partir de ahí creo que me empecé a formar como psicoterapeuta.

VR: ¿Y dónde te formaste?

ATP: Es una pregunta difícil porque creo que un terapeuta se forma en varias vidas. En realidad al terapeuta lo forman sus pacientes porque  la terapia es simétrica, se hacen terapia los dos. Formalmente primero estudié PNL y análisis Transaccional en el Instituto Eric Berne, después Psicoterapia Gestalt en el CENAIF y leyendo mucho, y sobre todo viendo muchos pacientes. Y como yo hago terapia desde los 11 años, en realidad mis verdaderos maestros fueron mis terapeutas. De hecho, creo que una persona que haga mucha terapia en su vida, después de muchos años, podría ser terapeuta. Los estudios lo que hacen es organizar, pero un terapeuta se forma es revisándose, porque un terapeuta es su paciente más difícil.

VR: ¿Qué te llevó a hacerte psicoterapeuta?

ATP: El Instituto de Salud Mental, no sé si vengo así de fábrica, siempre me ha llamado la atención saber cómo soy. Saber por qué siento lo que siento, pienso lo que pienso, qué pasa que me relaciono con las personas que me relaciono, qué pasa que me siento más atraído y afectuoso hacia algunas personas y hacia otras no.

VR: ¿Qué te aporta de manera personal el ejercicio psicoterapéutico?

ATP: Conocer personas nuevas todo el tiempo porque el paciente, aunque lo conozcas, siempre trae algo diferente. Me aporta estar en contacto íntimo. Para mí es muy importante mantener mi curiosidad activa y cuando cada paciente llega, tengo mucha curiosidad de saber cómo llega y la psicoterapia también aporta un medio de vida.

VR: Sabemos que te has desarrollado en Análisis Transaccional, en Gestalt, en Terapia Psico-corporal ¿Por qué has elegido esa ruta? ¿Por qué esa y no otra? Por ejemplo porqué no Psicología Profunda o Psicoanálisis?

ATP: En realidad yo no las elegí. Así como no elegí ir al Instituto de Salud Mental a los 11 años y no elegí los libros que me regalaron en ese cumpleaños, también fue como casual, fortuito que yo terminara en AT, PNL, Gestalt, Terapia Psico- corporal u homeopatía. Yo más bien creo que esta vida corporal es un plano manifestado de algo material y que hay otro plano, dimensión, entorno y creo que los maestros se manifiestan de muchas maneras. Un maestro puede ser una mascota, una flor, un olor, un maestro puede ser muchas cosas. Entonces yo realmente me he sentido como guiado, lo «casual», no creo que haya sido casual, en realidad siento que he sido guiado.

VR: ¿Entonces más que elegir una ruta, una corriente, una orientación, tú crees que has sido elegido?

ATP: Si, además que los enfoques en donde me desempeño y los que ejerzo, conociendo muchos otros, son los que más me gustan y son los que casualmente terminé estudiando.

VR: ¿Un momento importante que recuerdes durante tu ejercicio como psicoterapeuta?

ATP: Son muchos pero… a ver… yo admiro a grandes personajes de la psicoterapia, Freud, Jung, Perls, Rogers, Eric Berne, así como admiro a grandes personas en otras áreas. En mi caso, mi papá que es científico (y mi mamá artista), mi papá me enseñó a cuestionar, no porque alguien haya escrito un libro, eso es cierto o una verdad absoluta. Yo aprendí que en la ciencia no hay verdades absolutas, siempre una teoría es superada por otra teoría, siempre una hipótesis o un planteamiento son superados por otros, entonces yo aprendí a leer cuestionándome lo que leía y filtrando lo que leía y al final terminaba seleccionando lo que me parecía cierto, creíble. Momentos importantes en mi ejercicio han sido cuando yo he tenido que cuestionar mi formación y a mis maestros, entendiendo por «maestros» a mis profesores o los grandes terapeutas de los que aprendí y de los que leí. Entonces cuestiono a Freud, a Jung, a Perls en muchas cosas. Cuestiono, cuestiono diferentes aspectos y eso me ha llevado a descubrir mi concepción de la psicoterapia. Cada vez que me he visto con algún paciente en donde he tenido que cuestionar lo que he aprendido, al verme a solas descubriendo, haciéndome la pregunta « ¿Y ahora qué hago?», porque lo que aprendí no está funcionando y tengo que atreverme a hacer algo que no conozco, en ese momento he descubierto facultades, estrategias, maneras diferentes. Lo otro, que no es que fue «un momento», sino que es muy importante, es irme dando cuenta de que la terapia tiene que ver con la relación entre dos personas, es un tipo de relación muy particular donde no es tanto lo que tú sepas, sino más bien el afecto, lo que sientes hacia esa persona, el poder ser íntimo, el permitir que esa persona se sienta libre de abrirse a ti. Entonces en algún momento me di cuenta que la técnica y el conocimiento formal, no es lo que importa. Eso se convirtió en mí como en un camino. No sé qué tipo de terapeuta soy ahorita porque con cada paciente el terapeuta es algo así como un carro que pudieras configurar dependiendo del terreno. Un buen terapeuta se configura para que el paciente pueda transitar por ese terreno.

VR: ¿Cuáles son los temas más comunes que, según tu experiencia, son consultados en terapia?

ATP: A groso modo, para mí el gran tema es en síntesis el que una persona quiera cambiar a otra, es una proyección de lo que la persona en realidad se resiste a hacer, que es cambiar él mismo. Para mí todos los temas terminan en la persona queriendo que el mundo sea como ella quiere que sea. Que el mundo la complazca. Ahí empiezan los problemas. ¿Puedes hacer que el mundo cambie para ti?, si, tú mundo, pero eso pasa por, por ejemplo «mi mundo puede cambiar si yo soy tolerante», entonces yo cambio y el mundo cambia. Esa es para mí la síntesis de todos los temas: «Querer que el otro cambie y no saber cómo cambiar yo».

VR: ¿Y además supongo que eso incluye el no tener consciencia de que es a mí a quien me toca cambiar?

ATP: Así es.

VR: ¿Qué es lo que más te gusta de hacer psicoterapia? Sabemos que haces terapia de consultorio, terapia de grupo, terapia online, ¿qué es lo que más te gusta de hacer terapia?

ATP: Lo que más me gusta es la relación que termino teniendo con mis pacientes. En mi caso, yo no puedo ver a una persona por la que no sienta algún tipo de afecto o simpatía. Yo no puedo ver a todo el mundo.

VR: ¿La famosa «empatía» rogeriana?

ATP: La famosa empatía. Lo que más me gusta es la relación que se va estableciendo con cada paciente, que es una relación diferente con cada persona, y lo otro que me gusta mucho es cuando un paciente se va y termina la sesión, preguntarme qué me trajo hoy este paciente para mí, ir descubriendo de mí, en ese momento posterior a la terapia. Es como si primero el paciente hace su sesión y luego a mí me toca hacer la mía. Con la diferencia que la mía la hago yo conmigo o con mi terapeuta. Y siempre descubro.

VR: ¿Además de la psicoterapia, cuáles son otras tus pasiones?

ATP: Bueno mi otra pasión tiene que ver también con relaciones, que son mis amores, mi esposa, mis hijas, mis mascotas y la música. Que es procesal, es decir, el proceso de componer se parece en algunas cosas al proceso de hacer terapia con el paciente porque cuando el paciente llega a terapia llega perdido, y yo también estoy perdido con el paciente, y los dos juntos vamos descubriendo el proceso. Muy parecido es el proceso de componer una pieza, música, en principio tú tienes una pequeña frase de pocas notas, siete, diez notas y no sabes para dónde va eso ni cómo va a terminar y tiempo después, tienes una obra lista. Es una paradoja porque en realidad nosotros los terapeutas trabajamos para que el paciente no te necesite, no necesite volver a ti y en la composición es igual, una vez que una obra está terminada ya no necesita volver al compositor, ya es ella sola.

VR: Sabemos que tienes pasión por los avioncitos.

ATP: ¡Ah bueno si! De los aviones lo que me gusta es la libertad del vuelo y lo inexplicable. Tú ves volar un avión y ¿cómo hace para mantenerse en el aire?, un ave ¿cómo hace? El aire es un fluido invisible y es parecido a lo que hacemos nosotros para mantenernos vivos. Para mí, en mi caso, la vida está llena de sufrimientos y llena de preguntas y angustias, es realmente una escuela. Por ejemplo, si en un avión no hay movimiento, no hay vuelo, y para mí la vida es algo parecido, cesa el movimiento y eso es la muerte.

VR: ¿Cuántas veces habrás querido volar y cuál fue el momento en el que te enamoraste de los aviones?

ATP: Siempre me fascinó el vuelo. De los avioncitos también me gusta el proceso de crear, de diseñar el avión. Estudié aerodinámica y también como desde los 11 años hago avioncitos. Mis aviones todos vuelan. Es como el proceso de composición, de la nada haces algo que vuela.

VR: Si no te dedicaras a la psicoterapia, ¿qué otra profesión hubieras elegido?

ATP: Yo soy un compositor frustrado (pues no me dedico a eso), estudié composición,  guitarra clásica y sigo haciéndolo pues un compositor, así como el terapeuta, se hace haciendo. Creo que esa hubiera sido mi otra opción. De hecho, a los 17 años decidí que iba a ser músico.

VR: Tú eres nieto del maestro Juan Bautista Plaza[1]

ATP: Soy nieto de Juan Bautista. Y la otra pasión sería fabricar guitarras, la luthería. Yo hice guitarras durante muchos años y es el mismo proceso. El buen luthier es como el buen chef que va y escoge del huerto el vegetal, el producto que va a usar para transformarlo en algo nutritivo. Los buenos luthieres van y escogen el árbol que van a cortar en el aserradero y esa madera la mandan a cortar de una manera especial.

VR: Alguna vez escuché de ti que decías que tú eliges a tus pacientes y a tus alumnos. ¿Es como elegir una buena madera?

ATP: Yo elijo a mis pacientes y a mis alumnos por dos razones. La primera es que soy mucho mejor terapeuta y docente cuando siento algún tipo de afecto. Y lo segundo es que me gusta que me aprovechen y me gusta sacar provecho, nutrirme. Me fascina un buen alumno y un paciente comprometido, honesto, serio, entregado y que de verdad valora el tiempo conmigo en su terapia o en su proceso de aprendizaje tanto como yo.

VR: Elige un color.

ATP: El verde.

VR: Elige un sabor.

ATP: Agridulce con picante y salado.

VR: Te gustan casi todos menos el amargo.

ATP: El amargo también.

VR: Entonces configura un sabor (ya que haces gestalt) que contenga a todos.

ATP: Casi que es a lo que pudiera ser mi propio sabor.

VR: Elige una textura.

ATP: Tiene que ver con la piel. Una, la que me vino es la de uno de mis gatos, Krishna. Su piel, su manto es muy mullido, provoca seguir tocándolo. Pero me importa más lo que siento cuando toco. Hay pieles que a mí me dan mucho placer, la piel de mi esposa, la piel de la gente que amo. No tiene que ser una textura sedosa o suave.

VR: Elige un sonido.

ATP: Ahora que estoy en España hay dos sonidos que me gustan mucho. Un es el de mi nieta Julieta y el otro es el de las campanas de una Iglesia aquí en Manresa que suenan tres veces al día. Me imagino que son campanas que tienen 500 años y ese sonido es como la detención del tiempo. Hace 500 años escuchaban exactamente lo mismo que estoy escuchando ahora y yo como músico veo que es un sonido que no ha cambiado en el tiempo, que permanece. Con los muros medioevales no me ocurre lo mismo.

VR: ¿Cuál es la diferencia?

ATP: Es lo instantáneo, la campana deja de sonar y desaparece. Es como el vuelo. Muchas veces me he descubierto a la espera del sonido de la campana y como Manresa es un valle, si las oyes desde diferentes sitios, la misma campana se oye diferente. Además que la campana es como una muralla que nos une a todos en Manresa (por lo menos a mí) porque todos la escuchamos.

VR: Como a ti te gustan tanto los animales, elige un animal.

ATP: Son varios, uno es el zamuro que por cierto aquí no he visto, es el animal que a mí toda la vida me fascinó, y también el perro.

VR: ¿Por qué el zamuro?

ATP: Varias cosas, pero lo que más me fascina es su vuelo, el vuelo del zamuro. El equivalente del zamuro a animal de tierra es el morrocoy, el zamuro casi no aletea, utiliza al máximo el viento, no anda comiendo todo el tiempo, aunque come animales podridos y es carroñero. Es decir, se nutre de la carroña, además su proceso vital se parece mucho al proceso terapéutico (y después de muchos años de aprender la simbología junguiana), vamos a terapia a descubrir muchas cosas podridas  y convertirlas en cosas nutritivas, cosas que creíamos que eran carroña.

VR: Bueno, Perls decía que de la mierda se pueden sacar tesoros.

VR: Entonces te he pedido que elijas un color, un sabor, una textura, un sonido y luego te he pedido que elijas un animal. También hablas del perro además del zamuro. Ahora, tomando en cuenta estas últimas elecciones (ya que eres gestaltista), configura y ve a ver cómo puedes definirte.

ATP: Yo me resisto a definirme, porque eso sería, desde la gestalt, equivalente a contenerme, yo en un contexto me puedo definir de una manera y en otro contexto me puedo definir de otra manera.

VR: ¿Y en este momento?

ATP: Yo pudiera decir algunas cosas que me definen a mí desde mí… para mí es muy importante el afecto, mi creatividad, moverme y una de las cosas que más me ha costado de mí, que para mí es muy importante es ser honesto conmigo. Ser honesto conmigo es como descubrir que la mente es tu mejor amiga y tu peor enemiga, entonces el camino es irme por el lado de mi mejor amiga.

VR: ¿Y cómo haces para diferenciar tu enemiga de tu amiga?

ATP: Bueno muy sencillo, es estar alerta de lo que siento con lo que me digo, con lo que pienso de mí. Si estoy pensando algo de mí que me desagrada, bueno « ¡ya va!, ¿qué estoy haciendo conmigo?». Es como descubrir que somos inmensamente libres, pero lo difícil no es eso, lo difícil es saber cómo puedes controlar esa libertad. Es una paradoja porque ¿cómo es eso de controlar la libertad?, pues sí, yo puedo ser libre en las cuatro paredes de una cárcel que yo me cree, o puedo ser libre fuera de la cárcel de la que salí. Todo tiene que ver con lo que yo hago conmigo cuando pienso de mí, cuando me juzgo, cuando decido estar con una u otra persona…

VR: Hay personas que confunden la libertad con el libertinaje ¿Qué piensas de eso?

ATP: Para que haya libertinaje es necesario que haya reglas de contención, prohibiciones. Hay libertinaje cuando te rebelas, para mí los libertinos son rebeldes, yo he sido muy libertino… no entiendo mucho.

VR: Me refiero al extremo del extremo en el ejercicio de la libertad sin considerar al otro.

ATP: Eso es egoísmo o narcisismo. Todo lo que sea no considerar al otro, para mí es tóxico conmigo.

VR: ¿Se revierte?

ATP: No, es que es como aprovecharme. Y no sé bien qué le ocurre quien necesita aprovecharse del otro.

VR: ¿Qué es lo que más te ha enseñado tu ejercicio de la psicoterapia?

ATP: Me enseñó a ser tolerante y me enseñó que el sufrimiento es sufrimiento, que no admite juicio en el contenido, en lo que ocasiona el sufrimiento. Sufre igual un adolescente cuando su mamá no le quiere comprar un celular y puede estar sufriendo de una manera similar a alguien que perdió su relación, su trabajo. Es decir, sufrimiento es sufrimiento. Puede parecernos una trivialidad pero si sufre, está atrapado. Porque el sufrimiento nos atrapa y el porqué no importa mucho.

VR: Un terapeuta.

ATP: Me vienes tú Victoria Robert.

VR: (Risas) Otro.

ATP: Varios… Norma Capriles, Delia Herrero, Alejandro Suarez, César Arbeláez.

VR: Un maestro.

ATP: Bach, el zamuro. Me viene decirte que si Freud y etc, pero yo que conozco a los terapeutas, no hay nada más neurótico que un terapeuta y me incluyo. Así que para mí los terapeutas no somos grandes maestros.

VR: Un maestro.

ATP: Para mí el más grande maestro que yo he tenido se llama Alfredo Tugues. Soy yo. Y sigo siéndolo. Y digo el más grande porque me doy carajazos[2] contantemente. Entonces tengo un Alfredo que me da los golpes y otro que me contiene. Entonces ese proceso me hace a mí un maestro solo de mí.

VR: Un paciente.

ATP: No los puedo mencionar pero hay varios.

VR: ¿Podrías ilustrar uno sin necesidad de mencionar nombres?

ATP: No, no puedo.

VR: Quizá te moleste esta pregunta pero te pido un mensaje.

ATP: (Ríe, tamborilea en las rodillas y dilata la respuesta) El primero que me viene es «haz terapia» y el segundo es «visita terapiaya.com» (risas)

VR: Tú como siempre polar: profundo y sencillo, serio y desenfadado…

VR: Para terminar, una imagen para el final de esta entrevista que nos quieras regalar.

ATP: Bueno… primero me vino un sonido, pero no voy a ponerlos a buscar. Así que lo segundo que me vino es la imagen que ves, cuando te ves al espejo.

Entrevista realizada por Victoria Robert

[1] Juan Bautista Plaza, Compositor Venezolano. http://www.juanbautistaplaza.org/plaza12.htm

[2] Golpes

¿QUÉ QUIERES?

Soy psicoterapeuta. Mi trabajo es hablar con las personas y ayudarlas a darse cuenta, y eventualmente, a resolver sus conflictos. Durante la sesión hago muchas preguntas, muchas, muchísimas.

Las preguntas son el alma de la terapia, son el bisturí del terapeuta. Estamos entrenados desde niños para responder automáticamente, como un acto reflejo a las preguntas. ¿Quieres experimentar?, estoy por hacerte una pregunta. Al leerla observa con atención qué haces dentro de ti. La pregunta es: ¿qué hora es?…

¿Qué hiciste? ¿Viste el reloj? ¿Buscaste la hora en el teléfono o la computadora? La pregunta activó en ti el mecanismo de búsqueda de la respuesta. En Gestalt diríamos que una pregunta sin respuesta es una “gestalt abierta”, una situación abierta y eso crea tensión en nosotros.

Las preguntas en terapia te exhortan a buscar para encontrar, y así poder ver tus conflictos desde otra perspectiva y percibir un viejo problema de manera novedosa.

Hay preguntas profundas y pregunta superficiales. “¿Qué quieres?” puede sonar “trivial”, pero es una interrogante que admite muchos otros niveles. Si queremos profundizar, “¿Qué es lo que ‘realmente’ quieres?”,  puede ser una de las preguntas más poderosas que usamos en terapia. Y es poderosa porque quieras lo que quieras, responderás en función de tu motivación. Muchos expresan que desean un montón de cosas: quiero ser exitoso, saludable, buena persona, diferente, etc. Pero si te pregunto si te estás moviendo en función de lo que quieres y tu respuesta es “no”, entonces no quieres lo que aseguras querer, o no lo quieres lo suficiente como para actuar. Es decir, por tus acciones, pareciera que quieres otra cosa.

Creo que todos tenemos la capacidad de cambiar y no necesitamos de una fuerza externa para hacerlo. Esa fuerza está en nosotros. Para cambiar tengo que decidir que ese objetivo es ventajoso para mí y para lograrlo, mi deseo de cambio tiene que ser mayor que mi deseo de evitar ese cambio. Por ejemplo: siempre he querido aprender a dibujar a lápiz, pero es tanto lo que tengo que dibujar y practicar que en realidad prefiero descansar. Entonces mis acciones, son las que dicen lo que quiero. En este caso, descansar. Y eso está bien para mí, no estoy dispuesto a pasar horas dibujando, aunque muchas veces me repita que quiero aprender a dibujar.

Es como si fuéramos dos personas en una, una de ellas es la que hace el trabajo, es la que actúa, y la otra está siempre queriendo cosas y solo pide, no hace más que pedir. Así pues, uno de los “yo” quiere que el otro aprenda a dibujar a lápiz y éste, que siempre está haciendo cosas, trabajando, leyendo o estudiando, jerarquiza sus necesidades y…voila, necesita descansar. Es decir, el yo que hace y actúa, es el que decide, porque el otro es como un niño, pide, pide y pide.

Así que la próxima vez que desees hacer algo, hazte estas preguntas:

¿Qué quiero?

¿Qué estoy haciendo para lograrlo?

Si tus acciones te alejan de tu objetivo, entonces pregúntate si realmente lo deseas. Si tu respuesta es “si”, entonces es hora empezar.

Alfredo Tugues Plaza

TODO ES PLACEBO

  • La cirugía placebo funciona mejor que las inyecciones placebo.
  • Las inyecciones placebo funcionan mejor que las píldoras placebo.
  • La acupuntura funciona mejor que las píldoras placebo.
  • Las cápsulas placebo son mejores que las tabletas placebo.
  • Las píldoras placebo grandes funcionan mejor que las pequeñas.
  • A más dosis placebo diarias, mejor.
  • El placebo, mientras más costoso, mejor.
  • El color del placebo hace una gran diferencia.
  • El placebo azul es 2.5 veces más relajante que el placebo rosado.
  • El nombre también es placebo.
  • El placebo mejora con el tiempo.
  • Saber que es placebo lo que te están dando, no afecta los resultados.
  • El placebo también funciona con animales.
  • El alcohol placebo…emborracha.
  • El placebo es particularmente efectivo en el dolor.
  • El ejercicio también es placebo.
  • El placebo no solo funciona con la salud.
  • Decirle al paciente «esto te quitará el dolor» funciona más que decirle «esto te puede ayudar».
  • El médico también es placebo…así como su fama.
  • Las empresas farmacéuticas tienen que gastar millones para que sus medicinas sean mejores que el placebo.
  • El 80% del efecto de los antidepresivos…es placebo.
  • El placebo es la sustancia más estudiada por la ciencia, funciona en el 83% de los casos…
  • Y todo es placebo.
  • Creer en un Dios misericordioso funciona mejor que creer en un Dios castigador.
  • Y creer en ti funciona mejor que creer en Dios…
  • Y creer en ti funciona mejor que creer en Dios…

…pero hay que echarle bolas.

AlfredoTugues Plaza

CURRICULUM VITAE

Hola, mi nombre es Helena y no soy buena conociendo nuevas personas porque soy la hija insegura del medio. Mi hermana mayor, es los ojos de mi papá y mi hermano menor, el consentido de la casa. Además, de niña era disléxica y sufrí de déficit de atención, y en la adolescencia algo me pasó pues desde entonces soy introvertida. Actualmente tengo problemas con mi esposo pues estoy haciendo una dieta que me pone de muy mal humor y a veces hasta me deprimo. Mi gastroenterólogo me dijo que soy intolerante al gluten y la lactosa, y cuando el clima está nublado aparece un dolor de cabeza que me nubla a mí también.

Hola, soy Manuel, abogado. Descendiente de una familia donde los primogénitos somos abogados, pero además estudié también ingeniería electrónica y actualmente estoy haciendo una maestría en comercio exterior. Como soy el hijo mayor, soy líder por naturaleza y me tocó cuidar y velar por mis hermanos menores. Como todos los primogénitos, soy el único hijo que fue hijo único y le quitaron el puesto, varias veces, y gracias a eso soy una persona independiente, autosuficiente y moralmente intachable. Jamás en mi vida me he enfermado más allá de una común gripe estacional.

Hola, soy Isabel I La Católica también llamada Isabel I de Castilla. Nací en Madrigal de las Altas Torres, España, 1451. Soy Reina de Castilla y León y de la Corona de Aragón. Hija de Juan II de Castilla y de Isabel de Portugal. Tenía solo tres años cuando mi hermano Enrique IV ciñó la corona castellana. Puse gran empeño en la expansión ultramarina en el Atlántico, que iniciada con Canarias, culminaría con el descubrimiento de América. Aunque después de las primeras empresas colombinas, ni yo ni mi marido (Fernando de Aragón hijo de Juan II de Aragón), aunque seguimos protegiendo a Cristóbal Colón, no quisimos seguir financiando la conquista.

Hola, mi nombre es Jack, soy asesino en serie de identidad desconocida y cometí varios crímenes en 1888, principalmente en el distrito de Whitechapel, en el EastEnd de Londres, así como en las áreas empobrecidas de los alrededores. Me dicen Jack el destripador, apodo que tuvo su origen en una carta escrita por alguien que se adjudicaba mis asesinatos bajo este alias y, como resultado de su difusión por los medios de comunicación, dicho nombre pasó a ser conocido por la sociedad en general. Soy un asesino inteligente, eficaz, burlón, astuto, frío y obsesionado con los crímenes de prostitutas de barrios pobres. Mi  modus operandi distintivo consiste en la estrangulación, degollamiento y mutilación abdominal. Tengo conocimientos de anatomía y cirugía.

Hola, mi nombre es Dolores, soy maníaco-depresiva o bipolar, como se le dice ahora, pero a mí me gustan las dos. Soy mitómana, histérica y algo psicopática también. Estoy medicada desde los 14 años y el día que perdí mí virginidad quedé catatónica por 6 meses. Tengo 40 años, me han visto no menos de 20 especialistas entre psiquiatras, psicólogos, psicoterapeutas, neurólogos y uno que otro brujo. Todavía vivo con mis padres, ambos viven para mí, soy el sentido de sus vidas. Mis 3 hermanos ya no viven en casa, están en el exterior, no pudieron conmigo.

Nuestra cultura nos ha enseñado que hay una gran diferencia entre presumir de mis éxitos, logros y fortalezas y buscar simpatías usando mis debilidades y vulnerabilidad. Y me pregunto ¿son realmente diferentes? Ambas son maneras de impresionar, ambas son peticiones para ser tratado como una excepción y ambas son molestas. Si le pusiéramos subtítulos dirían algo así:

«Hola, soy el macho alfa, el depredador” o “fíjate en mí, me recuerdas, soy la tímida.»

Nadie te quiere por tus logros o debilidades, te quieren a pesar de ellos. Las etiquetas son máscaras con las que nos identificamos a tal punto que hasta daríamos la vida por ellas. Por lo general, nos sirven de referencia para ubicarnos en el entorno y relacionarnos con él. El problema es que solemos  perdernos en la identificación con la máscara, y el resultado de eso es una vida inauténtica que a la larga, nos hace muy infelices.

¿Sabes quién eres sin tu nombre, sin tus títulos, sin tus roles, sin tus emociones, sin tus pensamientos?

¿Sabes quién eres?

Alfredo Tugues Plaza

¿EN QUÉ PARTE DEL CUERPO HABITAS?

¿En qué parte del cuerpo habitas? ¿Pasas tiempo en el hígado, o en el corazón? seguramente visitas a diario al estómago, y ¿cuándo fue la última vez que visitaste las piernas, o el antebrazo izquierdo? ¿Has visitado recientemente esa remota región llamada espalda? Y durante las crisis, ¿a dónde vas, al cerebro? ¿Sabías que una de las regiones más concurridas en el mundo, es la lengua? Y el pulmón ¿lo has visitado últimamente?  Y ¿desde cuándo no te detienes en el culo?

¿Dónde está el yo cuando estamos felices? y dónde cuando estamos solos, y cuando nos sentimos solos ¿está o no está el yo? Muchos hombres con frecuencia tienen el yo en el pene, y muchas madres, el yo lo tienen sus hijos y ellas habitan a sus hijos. Y el tú, ¿dónde estará?  Y cuándo amas ¿el tú está en el corazón o en las tripas? Y cuando dices «Fuiste tú” ¿Dónde estás tú, en qué lugar, en los huesos o los músculos del abdomen?

Y el él, o el ella ¿dónde estarán? A veces él o ella están en la axila o en la nuca. Y cuando hablas de él con rabia, ¿adónde viajas? ¿Te mudas al esternón sin antes pasar primero por el pulgar con el que escribes? Y el chisme, habitante de la tercera persona ¿dónde está? ¿En la lengua, o en la oreja, o es ubicuo y está en ambos al mismo tiempo?

Y cuando el tú o el él o el ella, somos nosotros, soy yo ¿adónde voy, adónde me llevo? Y el nosotros ¿dónde habita el nosotros? ¿Es el nosotros en realidad un yo dentro de mí o es un yo dividido en varios que se visitan entre sí? ¿Y dónde están? ¿Y esos yo son sedentarios o nómadas? ¿Viven siempre en el páncreas o de cuando en cuando se mudan a la vesícula biliar y siguen su camino?

Y cuando te ven las nalgas, o los senos, ¿qué o a quien ven? ¿Te ven a ti, tu yo o la ven a ella? ¿Eres las nalgas y los senos también? ¿O solo los habitas cuando te miran? ¿Y quién está en la voz? Esa voz que constantemente habitamos y que con demasiada frecuencia desconocemos, esa voz que junto a los ojos, las manos, las piernas, nalgas, senos, corazón, hígado y demás, contiene al yo al tú al él al ella y al nosotros, a veces, todos al unísono y es la que a nos permite habitar a otros. Esa voz ¿Quién es y dónde
está?

Y cuando besas ¿dónde estás cuando te besan? ¿Estás en los labios? O te pierdes y ya no sabes dónde estás.

Y tu cocina, tu habitación, tu sala de baño ¿dónde están? ¿Están ellas en ti, o tú estás en ellas? Cuando cocinas, ¿estás en la lengua, en la nariz o en la panza? O estás en el cerebro pensando en tu figura cuando cocinas.

Y en la ducha, cuando te bañas, ¿dónde estás? ¿En la piel? ¿En las manos? O en los labios silbando una canción.

¿Dónde estás ahora?

Alfredo Tugues

¿QUIÉN ERES?

Hazte esta pregunta: ¿quién soy? Y respóndete comenzando con la palabra «soy». ¿Qué dijiste después del soy? ¿Tu nombre?, fulana de tal ¿Tu profesión? Licenciada tal ¿un rol? Esposa de tal o madre de tal, tal y tal. ¿Quién eres en realidad? ¿Cuál es la respuesta a tan elusiva pregunta?
¿Eres tu cuerpo o tus emociones? ¿Eres tus pensamientos o tus sensaciones? O eres lo que las personas que te conocen creen o ven en ti. ¿Quién eres? Responde generalmente a una etiqueta. Si te quitas tu nombre, tus pensamientos, tus emociones y tus sensaciones ¿qué queda?
Este sencillo pero tan difícil experimento gestáltico dirige tu conciencia a lo más profundo de ti, al ser, y te permite descubrir cuáles son las capas con las que más te identificas, pero que no eres tú. Son como capas protectoras que tu vienes proyectando desde tu nacimiento (y personalmente creo que incluso antes) y son las que te permiten de una u otra manera, vivir. Más comúnmente llamadas “máscaras”, estas capas son tan importantes y tienen tanto tiempo con nosotros que terminamos por confundir “quién soy” con ellas.
Entonces…¿Quién eres?

Alfredo Tugues Plaza

¿Y ESO ES BUENO O ES MALO?

«Eso es malo», «no es lo correcto», «hazlo bien». De niño sentía culpa cuando hacía algo «mal» o cuando no hacía lo correcto, las consecuencias eran generalmente una llamada de atención, un castigo o algo peor. Estas consecuencias con el tiempo germinaron en mí, y el fruto es la culpa, ese sentimiento muy bien conocido por todos.
Según Wikipedia «La culpa es la experiencia disfórica que se siente al romper las reglas» y la disforia son las emociones o sentimientos desagradables o molestos. Pero para fines prácticos, la culpa no es mas que la existencia en nosotros de un juez y un sentenciado, ambos en la misma persona.
Bien y mal son juicios y alguien tiene que decidir lo que está bien o está mal. Ese alguien hace las funciones de juez, juez de la conducta, la conducta de ese que somos nosotros mismos. Al haber un juez, hay un juicio y todo juicio termina en una sentencia, libertad plena o castigo. Y la culpa es el castigo.
Así pues, cada vez que usamos en nosotros u otros el «bien» y el «mal», ya somos jueces y ya estamos sentenciados.

Alfredo Tugues

EMOCIONANTE

emocionante-1¿Qué son las emociones? ¿Cómo nos relacionamos con ellas? ¿Para qué sirven?

Vivimos en un mundo emocional, un mundo habitado por ellas cual nubes entre nosotros  y constantemente tiñen nuestras percepciones. Son parte esencial de nuestra vida y están íntimamente relacionadas con nuestros pensamientos y no tener conciencia de esto, no atenderlas es la principal fuente de malestares, enfermedades y neurosis.

El lenguaje tiene cientos de palabras para designarlas y existe multitud de clasificaciones habiendo incluso mucha disparidad y confusión entre las designaciones. En Gestalt, por lo general nos referimos a las siguientes: Alegría, Placer, Amor, Rabia, Miedo, Tristeza y Dolor.

La palabra emoción viene del latín emotio, que significa «movimiento o impulso», «aquello que te mueve hacia». Las emociones  alteran la atención y nos preparan para una respuesta más efectiva al entorno.

Las emociones tienen dos aspectos, el primero es el propioceptivo, es la sensación, que solo yo puedo sentir. Cada emoción produce un conjunto de sensaciones características que nos indican como nos estamos relacionando con el entorno y en este sentido funcionan como una brújula. Así por ejemplo, si de repente te encuentras con una persona que aprecias y tienes tiempo sin ver, de inmediato surge en ti una sensación «corporal» que luego puedes traducir en alegría y el resultado final puede ser  que quieras «acercarte» a esa persona.

¿Ves?, el entorno, la persona que apareció, detonó en ti una sensación y tu conducta cambió inesperadamente. Pero, si en este momento imaginas que te encuentras de repente con alguien querido y que tienes tiempo que no ves, seguramente también sentirás algo con solo imaginarlo, es decir, tú tienes el poder de producirte las mismas emociones que el entorno y es ahí donde se complica la historia.

Cuando hablo de imaginar me estoy refiriendo a un conjunto de funciones llamadas cogniciones entre las que se encuentran los pensamientos, las fantasías, los sueños, los recuerdos y los aprendizajes, entre otros. Lo que sucede, es que en realidad, somos dos todo el tiempo, así por ejemplo, si en este momento TE IMAGINAS algo sabroso, es un «tú» que le proyecta «eso sabroso» en forma de imagen a otro «tú» que al verlo…se le hace la boca agua. Cuando piensas, con palabras como en un diálogo, es un «tú» que le habla a otro «tú» y en este sentido ese «tú» que te habla hace las veces de entorno y como ya vimos, el entorno tiene la potencia de generar emociones en ti, así como tú a ti.

Dime como te hablas y te diré cómo te sientes. Si no tengo conciencia de esto, de cómo me trato, de cómo me hablo, de cómo me juzgo o me acepto o me justifico, si no tengo conciencia de ese otro «yo» o de ese otro «tú» puedo entonces proyectarlo en el mundo fuera de mí y atribuirle a ese mundo lo que en realidad es mío. Proyectar lo mío y de lo que no tengo conciencia, es fuente entre otras cosas, de la mayoría de las guerras por las que ha pasado la humanidad y de otorgarle a Dios, asuntos que para nada le incumben y son mi responsabilidad.

El segundo aspecto de las emociones es la expresión. Toda emoción tiene su expresión. Pudiéramos considerar la sensación como una expresión de la emoción pero aquí, al hablar de expresión me refiero a lo perceptible por el entorno, lo externo a mí, lo que no soy yo, el otro. En este sentido a través de la expresión, ellas le comunican al entorno lo que nos está pasando. ¿Y para qué? Pues porque somos seres sociables. ¿Qué pasa en ti si ves llorar a alguien que no conoces? ¿Y si lo conoces, qué pasa en ti? Expresar las emociones es importantísimo, tenemos un tanque adónde van las expresiones emocionales y a este tanque, le gusta estar vacío. Hay infinidad de expresiones emocionales con infinidad también de grados expresivos, desde un simple sí o no a una explosión de llanto o rabia o un ataque de pánico. Desde un decirte “te quiero” a un beso apasionado…y más allá. De esta manera, el entorno al percibir la expresión también se adapta a nosotros y cambia su conducta acorde con la emoción expresada.

Mantener el tanque sin descargar es peligroso, muchas veces el trabajo terapéutico solo se limita a facilitar la descarga del tanque, y no hacerlo, es también fuente de enfermedades. En lo personal considero que todas, todas las enfermedades tienen su origen en este tanque. La Artritis, por ejemplo, está íntimamente relacionada con algo que llamamos “rabia  retroflectada”, no es más que rabia no expresada y dirigida a mí. La depresión, cuando no es congénita, también tiene su origen en la “rabia retroflectada”.

En conclusión, las emociones nos señalan como va la relación conmigo y con los otros y le indica al otro como vamos con él.

Pronto estaremos hablando de cada una de las emociones en particular, y de su importancia en nuestras vidas.

Alfredo Tugues Plaza