Hazte esta pregunta: ¿quién soy? Y respóndete comenzando con la palabra «soy». ¿Qué dijiste después del soy? ¿Tu nombre?, fulana de tal ¿Tu profesión? Licenciada tal ¿un rol? Esposa de tal o madre de tal, tal y tal. ¿Quién eres en realidad? ¿Cuál es la respuesta a tan elusiva pregunta?
¿Eres tu cuerpo o tus emociones? ¿Eres tus pensamientos o tus sensaciones? O eres lo que las personas que te conocen creen o ven en ti. ¿Quién eres? Responde generalmente a una etiqueta. Si te quitas tu nombre, tus pensamientos, tus emociones y tus sensaciones ¿qué queda?
Este sencillo pero tan difícil experimento gestáltico dirige tu conciencia a lo más profundo de ti, al ser, y te permite descubrir cuáles son las capas con las que más te identificas, pero que no eres tú. Son como capas protectoras que tu vienes proyectando desde tu nacimiento (y personalmente creo que incluso antes) y son las que te permiten de una u otra manera, vivir. Más comúnmente llamadas “máscaras”, estas capas son tan importantes y tienen tanto tiempo con nosotros que terminamos por confundir “quién soy” con ellas.
Entonces…¿Quién eres?