EMOCIONANTE

emocionante-1¿Qué son las emociones? ¿Cómo nos relacionamos con ellas? ¿Para qué sirven?

Vivimos en un mundo emocional, un mundo habitado por ellas cual nubes entre nosotros  y constantemente tiñen nuestras percepciones. Son parte esencial de nuestra vida y están íntimamente relacionadas con nuestros pensamientos y no tener conciencia de esto, no atenderlas es la principal fuente de malestares, enfermedades y neurosis.

El lenguaje tiene cientos de palabras para designarlas y existe multitud de clasificaciones habiendo incluso mucha disparidad y confusión entre las designaciones. En Gestalt, por lo general nos referimos a las siguientes: Alegría, Placer, Amor, Rabia, Miedo, Tristeza y Dolor.

La palabra emoción viene del latín emotio, que significa «movimiento o impulso», «aquello que te mueve hacia». Las emociones  alteran la atención y nos preparan para una respuesta más efectiva al entorno.

Las emociones tienen dos aspectos, el primero es el propioceptivo, es la sensación, que solo yo puedo sentir. Cada emoción produce un conjunto de sensaciones características que nos indican como nos estamos relacionando con el entorno y en este sentido funcionan como una brújula. Así por ejemplo, si de repente te encuentras con una persona que aprecias y tienes tiempo sin ver, de inmediato surge en ti una sensación «corporal» que luego puedes traducir en alegría y el resultado final puede ser  que quieras «acercarte» a esa persona.

¿Ves?, el entorno, la persona que apareció, detonó en ti una sensación y tu conducta cambió inesperadamente. Pero, si en este momento imaginas que te encuentras de repente con alguien querido y que tienes tiempo que no ves, seguramente también sentirás algo con solo imaginarlo, es decir, tú tienes el poder de producirte las mismas emociones que el entorno y es ahí donde se complica la historia.

Cuando hablo de imaginar me estoy refiriendo a un conjunto de funciones llamadas cogniciones entre las que se encuentran los pensamientos, las fantasías, los sueños, los recuerdos y los aprendizajes, entre otros. Lo que sucede, es que en realidad, somos dos todo el tiempo, así por ejemplo, si en este momento TE IMAGINAS algo sabroso, es un «tú» que le proyecta «eso sabroso» en forma de imagen a otro «tú» que al verlo…se le hace la boca agua. Cuando piensas, con palabras como en un diálogo, es un «tú» que le habla a otro «tú» y en este sentido ese «tú» que te habla hace las veces de entorno y como ya vimos, el entorno tiene la potencia de generar emociones en ti, así como tú a ti.

Dime como te hablas y te diré cómo te sientes. Si no tengo conciencia de esto, de cómo me trato, de cómo me hablo, de cómo me juzgo o me acepto o me justifico, si no tengo conciencia de ese otro «yo» o de ese otro «tú» puedo entonces proyectarlo en el mundo fuera de mí y atribuirle a ese mundo lo que en realidad es mío. Proyectar lo mío y de lo que no tengo conciencia, es fuente entre otras cosas, de la mayoría de las guerras por las que ha pasado la humanidad y de otorgarle a Dios, asuntos que para nada le incumben y son mi responsabilidad.

El segundo aspecto de las emociones es la expresión. Toda emoción tiene su expresión. Pudiéramos considerar la sensación como una expresión de la emoción pero aquí, al hablar de expresión me refiero a lo perceptible por el entorno, lo externo a mí, lo que no soy yo, el otro. En este sentido a través de la expresión, ellas le comunican al entorno lo que nos está pasando. ¿Y para qué? Pues porque somos seres sociables. ¿Qué pasa en ti si ves llorar a alguien que no conoces? ¿Y si lo conoces, qué pasa en ti? Expresar las emociones es importantísimo, tenemos un tanque adónde van las expresiones emocionales y a este tanque, le gusta estar vacío. Hay infinidad de expresiones emocionales con infinidad también de grados expresivos, desde un simple sí o no a una explosión de llanto o rabia o un ataque de pánico. Desde un decirte “te quiero” a un beso apasionado…y más allá. De esta manera, el entorno al percibir la expresión también se adapta a nosotros y cambia su conducta acorde con la emoción expresada.

Mantener el tanque sin descargar es peligroso, muchas veces el trabajo terapéutico solo se limita a facilitar la descarga del tanque, y no hacerlo, es también fuente de enfermedades. En lo personal considero que todas, todas las enfermedades tienen su origen en este tanque. La Artritis, por ejemplo, está íntimamente relacionada con algo que llamamos “rabia  retroflectada”, no es más que rabia no expresada y dirigida a mí. La depresión, cuando no es congénita, también tiene su origen en la “rabia retroflectada”.

En conclusión, las emociones nos señalan como va la relación conmigo y con los otros y le indica al otro como vamos con él.

Pronto estaremos hablando de cada una de las emociones en particular, y de su importancia en nuestras vidas.

Alfredo Tugues Plaza

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